
Tuvieron que pasar 200 años y 65 presidentes hombres para que una mujer llegara a la silla presidencial. “Los 65 mandatarios anteriores enfrentaron todo tipo de retos: más de una invasión extranjera, golpes de Estado, levantamientos, crisis abismales y puñaladas traperas. Pero ninguno tuvo que bregar con la tensión adicional de demostrar que una mujer puede gobernar un país en el que perviven tantos rasgos misóginos”, escribe el periodista Jorge Zepeda Patterson en su más reciente libro, un trabajo que recorre los pasos de Claudia Sheinbaum Pardo hacia Palacio Nacional.
Patterson escribe desde “el día cero” hasta el momento actual de Sheinbaum Pardo. En ese trayecto habla sobre la “hija del 68”, la “universitaria inquieta”, la doctora, la madre e investigadora, la “supersecretaria”, la Alcaldesa de Tlalpan, la Jefa de Gobierno, hasta la Presidenta electa.
SinEmbargo comparte a continuación un fragmento del libro Presidenta (Planeta), ©️ 2024 de Jorge Zepeda Patterson. Cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México. Se trata del capítulo “Hija del 68” en el que se relata cómo Claudia Sheinbaum Pardo creció en una familia de origen judío, con una formación laica y de izquierda; una infancia en la que fue cercana al hogar del líder histórico Valentín Campa y al dirigente del movimiento estudiantil de 1968 Raúl Álvarez Garín.
“Había que desacralizar el Zócalo y lo logramos tres veces… Por primera vez después de cuarenta años una multitud de ciudadanos conscientes de sus derechos, una multitud indignada se hacía oír frente al balcón presidencial, en la Plaza de la Constitución”.
Elena Poniatowska, La noche de Tlatelolco
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– “Soy hija del 68», suele decir Sheinbaum.
En México, no hace falta decir mucho para entender las implicaciones políticas de esta definición. El año 1968 evoca la primera gran huelga universitaria en México, un movimiento estudiantil que culminó trágicamente con la masacre de Tlatelolco, ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas, en la capital de México. Ese 2 de octubre dejó un saldo devastador de cientos de estudiantes indefensos heridos, detenidos y ejecutados por las fuerzas del Estado. La masacre fue un punto de inflexión en la historia de México debido a la brutalidad con la que se reprimió a los manifestantes; también marcó el inicio de la erosión del poder del PRI, que hasta entonces había mantenido un control casi absoluto sobre el país.
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Fuente: Sin Embargo