
Mineras canadienses evaden impuestos amparadas en el T-MEC. First Majestic Silver, por ejemplo, presentó en 2021 una solicitud de arbitraje internacional bajo este Tratado contra el Gobierno de México por el reclamo de al menos 180 millones de dólares de adeudo fiscal.
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).– La extracción de oro y plata de los más de 300 proyectos mineros de Canadá expandidos a lo largo del territorio mexicano ha causado devastaciones ambientales y sociales en las comunidades. Pese a las ganancias para las mineras canadienses y los daños para México, amparadas en el T-MEC, sólo aportan al año menos del 1 por ciento de los ingresos por impuestos totales y el 0.62 por ciento del empleo asegurado, de acuerdo con cifras oficiales analizadas por la organización Engenera. Incluso First Majestic Silver inició hace tres años un arbitraje contra su adeudo de 180 millones de dólares al SAT.
En los últimos días, un grupo de políticos canadienses sugirió al Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, expulsar a México de este tratado firmado desde los noventa y formar entre ellos un acuerdo bilateral. Sin embargo, el entonces TLCAN junto con la Ley Minera (1992) de Carlos Salinas de Gortari es el andamiaje jurídico que ha dado enormes facilidades y privilegios a las mineras transnacionales, principalmente las canadienses y estadounidenses.
“El T-MEC siempre les ha favorecido a las empresas canadienses desde 1992 porque todo el marco regulatorio en México se modificó alineado con el TLCAN (ahora T-MEC). Ahí se establecieron beneficios para que pudieran acceder al agua, al territorio, reducción de trámites, que no tuvieran que realizar procesos ambientales y de consulta indígena. Toda la Ley Minera de 1992 se adecuó de acuerdo a los estándares del T-MEC justo para facilitar y favorecer la inversión extranjera, en este caso, la inversión canadiense y estadounidense. Si vemos el periodo de la minería antes del T-MEC no había todo este conflicto social, asesinatos de defensores, quejas por uso de territorio y agua», aseguró Beatriz Olivera, directora de Energía, Género y Ambiente (Engenera).
Y agregó: «Sí hay un antes y un después con el T-MEC porque todo el andamiaje nacional se tuvo que adecuar a este tratado. Por supuesto ahora que se cambian las reglas, que hay una nueva Ley Minera (2023) empiezan a surgir estas inconformidades de las empresas porque ahora se les está exigiendo mucho más, se les está demandando que cumplan con requisitos mínimos ambientales, administrativos y sociales. Los beneficios que ha dejado la minería canadiense con el T-MEC son mucho menores que todos los impactos que no se han logrado cuantificar».
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Fuente: Sin Embargo