El poder acaba. Los cargos terminan. En 52 días los 10 alcaldes que no lograron reelegirse se van. Se acabó.
Y en todos los casos tendrán que entregarle, mínimo a su principal competidor, aunque algunos a su peor enemigo, como ocurre en Solidaridad y Tulum.
Bien dicen que el año más difícil de gobierno, es el primer año de dejar el poder, cuando ya se es ex, porque depende de otros ser procesado o no.
Esta semana empezaron los procesos de entrega recepción en los municipios de Quintana Roo. Algunos presidentes municipales están postergando el proceso.
El problema principal es que creyeron que no se terminaría nunca y que podrían hacer y deshacer sin consecuencias.
Las características marcadas de los gobiernos salientes son las obras públicas de mala calidad, los contratos a empresas factureras, la expedición de permisos irregulares de uso de suelo y construcción, el endeudamiento y la tolerancia a grupos criminales.
Lo mismo en Carrillo Puerto, donde un crédito inexplicable por 20 mdp está en la lista de pendientes que dejará Chac Mex, las múltiples propiedades de Alexander o la casona tipo quinta de Sofía.
En Cozumel los permisos y la propiedad de los terrenos donde quieren desarrollar un nuevo muelle para un home port.
En Playa del Carmen la Beristain tiene tan larga lista de pendientes, que no da el espacio para enumerarlo, pero con la Quinta Avenida es suficiente.
Algunos apenas el 7 de junio les cayó el 20 que tenían que sanear sus cuentas y contrataron despachos de contralores y auditores, pero la tarea es enorme y queda muy poco tiempo. Lo peor es que la opinión pública ya los juzgó, sí, en las urnas el 6 de junio.
Los que enfrentan su fin están tratando de negociar por la vía política su tranquilidad.
En la última etapa de sus días se dan cuenta que el poder acaba. Que la “burbuja” creada por halagadores, es frágil, no protege.
Que el descenso no es igual que el ascenso. Si quedan a deber a la gente, será difícil andar por las calles de sus municipios sin ser señalados. Hay etiquetas que se pegan como tatuajes, para siempre.
Finalmente el poder es la energía para transformar la realidad, algunos logran usarlo para bien, para tocar vidas y mejorar su entorno, otros para lastimar y causar daño. Cada quien da lo que tiene.
Sólo que el poder tiene fecha de caducidad y, mal manejado, se vuelve contra ti.
