Por Indhira Carrillo
Nos han inundado de encuestas electorales patito, por donde quiera nos llega a nuestras redes y celulares mil y una encuestas y sondeos de opinión que afirman qué tal o cual candidat@ ya ganó, que está a 20 puntos arriba de su más cercano competidor y lo dan por ganador@.
Se equivocan. No hay nada para nadie, cualquier candidat@ que afirme que ya ganó nos está mintiendo. Y más si sus cifras nos llegan como mensaje publicitario en redes.
Hay una sobre difusión de este tipo de materiales de dudosa procedencia y abiertamente falsas en las redes sociales, porque apenas empiezan a ser monitoreadas. Publicar en otros medios está regulado por la autoridad electoral, de hecho toda encuesta o sondeo que se publica debería ser registrado ante INE y IEQROO presentando copia del estudio completo que respalde la información publicada, debe tener nombre, domicilio, teléfono, experiencia profesional y hasta a qué asociaciones pertenece quien las realiza, qué filiación tiene, quién patrocinó y pagó la encuesta, quién la llevó a cabo y quién solicitó, ordenó y pagó su publicación y difusión según el artículo 135 del Reglamento de Elecciones.
Es de esperarse que en los días finales de este proceso electoral nos inunden con muchas encuestas fake, por qué quieren influir en la decisión final del voto con una falsa imagen de triunfo anticipado, subestimando a la gente al considerar que les gusta estar con el ganador y que este tipo de sondeos pueden llevar a los indecisos a unirse a quien va arriba en las gráficas.
Todas las encuestas, aún las de casas encuestadoras serias, están sujetas a error, porque cada vez la sociedad es más compleja y la opinión pública es volátil.
Los errores más frecuentes son:
• El mal diseño de los parámetros de la encuesta
• Muchas personas ya no declaran su voto, hay una espiral de silencio, hay un voto oculto.
• Otro factor es que muchas personas opinan, pero a la mera hora no van a votar
• Y finalmente, también influyen mucho los giros políticos o sociales que crean cambios de tendencia muy rápidos.
Así que mejor no le creamos a las encuestas previas, mejor vayamos a votar el 6 de junio, ese día los resultados son tan reales que tenemos que vivir sus consecuencias políticas durante un trienio o un sexenio.
